El Viejo

…La vieja ya no entendia nada, no podia creer como su esposo, aquel tan charlatan y galan estuviera postrado en su cama durante 5 meses, mudo, sin respuestas, era increible. Lo mas preocupante era que no hablara, porque ya Pepe no podia moverse a los 88 pirulos, eso era algo “normal” digamos, pero de que no exclamara nada, eso era muy raro.

Si vos lo vieras, el viejito, triste, como sufriendo, esperando que le den algo que lo haga revivir.Y probamos con todo hermano, con todo. Le trajimos a sus hijos, sus 2 nietitos, y nada, el jobato invalido.

Ya casi desesperanzados, le llevamos el tele a la pieza, a el le gustaba el futbol, fanatico de Olimpo el hombre. Se lo prendimos y justo estaban jugando Estudiantes-Huracan, en ese momento, el viejo amago a moverse, como que subio la mano queriendo señalar algo, yo le note algo en la boca como exclamando pero a los segundos volvio a lo normal. En el segundo gol del pincha el viejo hizo otro amague, como una sonrisa, ya que habia sido un golazo de la Brujita, pero nada, ni una palabra.

Ya cumplido los 6 meses de su sufrimiento, la vieja dijo que Pepe le hizo la seña de la casaca de Olimpo, marcandole las franjas horizontales. Entonces no dudamos y le compramos la nueva, la ultima, era media feita, pero era nueva nueva.

Cuando se la mostramos movio claramente su cabeza, como diciendo “No, no..”. Ahí se nos fue todo al carajo, ya no se nos caia una idea.

Contratamos payasos y todo eso y nada, hasta trajimos un sacerdote para que lo bendiga y ni una señal. Lo maximo fue cuando le llevamos una bruja, nos chamuyo de una manera, batio que al viejo se le habia perdido algo y que sin eso no podia vivir, como que eso le daba vida, le hacia olvidar los quilombos y se ponia alegre. El tema era saber eso, que era eso…

¿Sabes lo que era afeitarlo? Te daba lastima pobre viejo, ni se inmutaba.

En una de esas la vieja se cae en la pieza, se da un palo fiero, aspero, al lado del viejo. Cuando la quisimos levantar dijo que no, que vio algo debajo de la cama.

Entonces esperamos y la alzamos, se levanto con una radio en la mano, esas radios viejisimas. Cuando el viejo vio la radio se le vio una sonrisa de oreja a oreja, como le cambio la cara al viejo no te das una idea.

-Esta radio de porqueria, la voy a tirar a la mierda. Dijo la vieja.

Y la carostra del jobato se transformo, con las cejas fruncidas, enojadisimo.

Entonces la paramos a la esposa y le enchufamos la radio, enseguida prendimos pusimos futbol, am, creo que jugaban la B Nacional algo asi. Cuando empezo el partido al viejo le cambio la cara de nuevo, como que resucito. Igual seguia sin hablar.

Asi, una semana, con la radio prendida y esa sonrisa que nos esperanzaba a todos.

Hasta que llego el viernes, Olimpo y Colon abrian la fecha.

Cuando tiraron la formación de Olimpo, el viejo desarmo la cama, y se sento en ella, escuchando atentamente los jugadores, cuando nombraron a Matute Morales, hizo una seña como que la movia, con la mano. Arranco el partido y la primera fue para el sabalero, pego en el palo, el viejo casi se muere. Partido aburrido, chato, y termino el primer tiempo.

Pepe apenas termino se paro asi de la nada, abrio el ropero, y agarro la casaca de Olimpo, una viejisima, y se la puso.

El segundo tiempo empezo como el primero, aburridisimo hasta que a los 20 penal para Olimpo, el viejo se para y sube el volumen de la radio. Patea Morales y la manda arriba del travesaño, el viejo increíblemente tira un insulto:

-Este hijo de puta!

La vieja sonrio y dijo: -Como extrañaba esa puteada Pepe.

El viejo la miro y le respondio: -Callate y dejame escuchar el partido tranquilo, tomatela.

Enfurecido Pepe la rajo a la esposa de la pieza. El partido siguió horrible, hasta que en la ultima jugada del partido Matute le pega al arco y gol de Olimpo.

¡Lo tenias que ver al viejo! Pego un salto de la puta madre y no sabes como grito el gol… -Golazo! Golazo! Grande Matute!- gritaba. No sabes lo feliz que estaba Pepe.

Termino y nos fue a despedir, nos abrio la puerta, nos saludo y dijo:

-Esto es vida.

Cuando nos subiamos al auto escuchamos el grito del viejo:

-Vamos Olimpo todavía.