Fue una experiencia inolvidable, eso te lo aseguro, pero inolvidable porque fue malísima.
Todo empezó cuando puse mi primer pie en España, mas precisamente en el Aeropuerto de Madrid, ahí arrancó mi calvario, ya las primeras palabras con un gallego fueron de discusión. Claro yo caí con la remera de Chacarita. Entonces un español que me mira así de arriba abajo como rebajándome y me pregunta: -¿De quién es esa camiseta? Ahí se me pasó un solo pensamiento por la cabeza, era romperle la cara de una trompada al galleguito este, un viejo de no menos de 50 años desmereciendo al glorioso funebrero. Entonces le respondí que era de Chacarita, me sentí mal al aclarar esto, todo por culpa de este español. Arranqué con el pie izquierdo.
Llego al hotel, entro y me encuentro con un bohemio, con su respectiva y horrible camiseta, era más vieja que la mía. Cruzamos miradas por unos segundos, miradas de clásico, esas miradas con odio por ser tu rival pero con algo de cariño si se puede decir porque en fin, te estás encontrando con uno de Atlanta en Madrid, increíble. Pero no quedó en eso, el estaba parado y me hace seña con las manos marcándome tres dedos. Si, me gozaba por el último partido que perdimos en cancha de ellos 3 a 0. Me la tragué porque sabía que si reaccionaba me iban a ver mal y no me recibirían mas en ese hotel, asi que me callé, cabeza abajo y me fui a pedir la llave.
La esperada revancha la tuve en el lugar perfecto, el ascensor, nos agarramos a piñas ahí arriba, por supuesto que arranqué yo pegando, el muy cagón apreto la “campana” del ascensor y no paraba de sonar, me pega una piña, yo reacciono lo agarro lo paso para el lado del espejo y quedo a centímetros del botón de la alarma, ahí nomás tenía la chance de cagarlo a piñas pero el forro me movió justo y me sacó el dulce de la mano, seguimos forcejeando. El muy boludo me agarra y me pasa contra el espejo y sin querer apreta el ansiado botón. Logré mi objetivo, ahora me quedaban solamente 4 pisos para vengarme del bohemio. Los aproveché al máximo, lo cagué a piñas y salimos del ascensor. Tuve tanta mala leche que justo abajo nos esperaba el portero, le vio el rostro roto al de Atlanta, con sangre, y el botonazo del portero le dice al conserje y este avisa rápidamente, por esos telefonitos renovados al que estaba a cargo del hotel.
Se armó un revuelo bárbaro, me dieron una patada en el orto después de discutir con los gallegos que encima de no entenderlos, al bohemio no lo echaron, seguramente porque habrá tenido mas días de estadía que yo, que recién había llegado.
Ahí desesperado, llamo al vago que me regaló este viaje, que no era para ir a boludear, además tenía en mis manos la entrada de uno de los clásicos mas apasionantes del mundo, Real Madrid-Barcelona, claro porque el no podía venir me lo dio a mi. Y me tira la data de un hotelucho barato, encaré para ahí y dormí allí el sábado.
Al otro día, me fui para el Bernabeu. Estaba muy emocionado, era un terrible partido, yo ahí, presenciando este derby increíble.
Pero de pronto, ingresando, en la puerta me para un milíco y me prohibe entrar, porque yo, fiel a mi pasión me mandé con la casaca de Chaca puesta.:–Aquí no puedes ingresar con eso tío. Y ahí otra vez exploté de bronca, y esta vez sin manos, empezé a hacerme valer y le digo que soy argentino y que no tengo otra remera y que se yo que más le chamuyé al forro este. La cuestión es que no y que no. Entonces acudí a mi viveza criolla y agarré del brazo a una gallega que entraba y le dije al policía que venía con ella, mi esposa le tiré. La mina no entendía nada, estaba perdidísima, el mílico me dice:- ¿Y que quieres que haga si ella es tu esposa? Apenas terminó su interrogante le digo que es la hija del presidente del Real Madrid, del cual ni yo sabía el nombre ni nada, le moví la cabeza yo con mi mano izquierda a la minita como afirmando mi mentira. En seguida salta el milíco preguntando como corroboraba eso. Y ahí la gallega le cayó la ficha y dijo: -Pues coño soy la hija del máximo responsable de ésta institución…¿Cómo coños no dejarais entrar a mi esposo? El tipo quedo pálido y con un movimiento de mano me dejó entrar. Listo, le dije gracias a la mina, que estaba seria, nunca se rió, la verdad buena actriz la española. Le dije si no quería acompañarme para ver el partido. Y respondió: -Estoy con mi marido, el verdadero, es más es el que viene atrás tuyo. Ahí digo bueno todo bien, debe ser buena onda, no pasa nada, me doy vuelta y veo un tipo enorme, gigante, no se como decirte loco, fácil 2 metros, todos los músculos todos. Me agarró un cagazo que mama mía! Encima escuché su tonada y no era gallego, era otro tipo de habla. Era argentino, si si, yo con la casaca de Chaca al lado de su mujer. El enorme dice:- Mi amor ¿podrías decirme quién es este hombre? Pero lo dijo bien argentino, asi con tono despectivo. Y ahí me calenté me trató como un “muchachito” un “tipito”. Entonces lo miro mal y me agarra un julepe, se me viene acercando, me persigne, besé el escudo de Chacarita y cerré los ojos. En ese momento escucho a la gallega diciendo: -No! No lo hagas!. Mamita que cagazo viejo! Abro los ojos y tengo la mano del vago este enorme la mano era una piedra a centímetros de mi cara, pero gracias a Dios reacciona la mina y lo para con su mano al marido, ahí entré a correr por el Bernabeu, dios mío lo que corrí esa vez fue increíble, como 5 minutos sin parar a ritmo veloz para tratar de perder al forro éste que quería seguramente pegarme, no se ni donde me metí pero lo perdí de vista.
A pocos minutos del partido me decido a sentarme en una butaca tranquilo a aguardar por la salida de los equipos, el estadio del Real colmado hasta las manos viejo, no entraba un alfiler. Esperando ansioso por los gritos de la hinchada en la salida de los equipos a la cancha, por el griterío, el papelerío y demás. Cuando salen los equipos sentí la mayor decepción de mi vida. Un silencio de muerte, aplausos fríos de esos que son para cumplir nada más que para eso, no lo podía creer, semejante cantidad de público para ese pobre recibimiento, estamos hablando de un Real Madrid-Barcelona viejo! Que asco me dan estos gallegos.
Arranca el partido yo estaba en la platea local. Y sufro otra decepción mas, al ver una mano enorme como una casa de Guardiola, el 5 del Barza en el área, pero clarísima, se vio desde Buenos Aires esa mano, el árbitro no cobró nada, ¿podés creer? Nada, entonces espero ansioso por la reaccion de los madrileños y ninguno de todos los monos que había ahí saltó en contra del juez, miraba para todos lados descontrolado a ver si alguien al menos decia “Ostia”, pero nada. Entonces hice justicia, me paro y grito:- Sos un hijo de puta! Forro de mierda! ¿No viste la mano?. Cuando culmino el insulto me doy vuelta para sentarme y veo a todos los que estaban alrededor mío mirandome fijamente con una cara, ¿como decirte hermano?, sorprendidos, absurdos, como diciendo que yo estaba loco, y en realidad ellos lo estaban, me quería matar, decepcionado total, me vuelvo a sentar. Termina el primer tiempo, partido malísimo, empate clavado, me dolían los ojos. El entretiempo fue horrible, me sentí como aislado, fuera de esa sociedad, sentía que me miraban feo, encima con la camiseta del más grande. La verdad que los gallegos no cazaban una. Vuelven los equipos al campo de juego. Me froto las manos como esperando el mejor segundo tiempo de mi vida. Vamos que acá arranca el buen fútbol. Y nada, 40 minutos de pelotazos para acá, para allá, se repartían la pelota. Cuando ya parecía que el empate estaba sellado, a los 44minutos llega un centro lejano del ocho del Real, cabecea Davor Suker, gol. Si si agónicamente el local ganaba el clásico. Pegué un salto de la puta madre y grité como loco el gol de la victoria. Me doy vuelta como para abrazar al primero que vea y festejar el gol, abro los brazos y se me aleja un plateísta, se me va para atrás, que hijo de mil puta, loco le estás ganando al Barcelona con un gol a los 45 y no te abrazas, no haces nada, sos amargo viejo, que amargura. Si esto ocurriese en Argentina esta platea es un desastre, un desastre hermano, pero es así. Yo ya iba con la cabeza hecha de que son menos pasionales que nosotros, pero nunca jamás pensé que sería de esta manera, que frescura para festejar, nada, apenas un frio grito de gol como esos goles que vas perdiendo por goleada, los goles del honor que los gritás nada más que para cumplir, bueno asi viejo, que feo. Termina el partido y me imagino un jolgorio total, la historia cambiará dije, acá se vuelven locos y festejan. Pero no, otra vez, la amargura se adueñó de los gallegos, ni un “Vamos Real viejo nomás” No señor, nada de nada, estaba totalmente desanimado, me hice tantos kilómetros, tantas horas de viaje para tan poca alegría, me sentí lisa y llanamente un infeliz. Un boludo total porque yo fui a disfrutar del mejor clásico del mundo y me vuelvo a Argentina vacío total.
Deja de joder viejo, dejame con un Platense-Argentinos Juniors, un Banfield-Lanus, un Central-Newells, pero ¿que me venis con un Real Madrid-Barcelona? No deja!, nunca más! ni por tele los voy a ver a estos gallegos amargos, jamás jamás.
La verdad un viaje inolvidable porque fue horripilante, terrorífico, nada más que por eso, una vez más digo que el futbol argentino tiene sus quilombos y demás pero que es el mejor, lo es y lejos de todo esta mentira, porque no es más que eso, una verdadera mentira el fútbol internacional.
Apenas llegado a casa decido llamar con furia a mi amigo que me dio este viaje frío y preguntarle ¿por qué mierda no pudo ir? Y el muy hijo de puta me dice:- No loco, perdoname pero la verdad no quise ir, y decidí dartela a vos. Hablando de eso, ¿Cómo la pasaste?. Sin dudarlo un segundo le digo:- Pero ¿por que no te vas bien a la concha de tu madre?